No dejamos de señalar la ausencia de una Política Aeronáutica de Estado, no entendemos como aún no se han aplicado las recomendaciones sugeridas por la OACI en el Plan Maestro de abril de 2019 en el que recomienda a Uruguay sacar Aviación Civil de la órbita de Defensa, la creación de nuevas entidades desconcentradas que funcionen dentro de otros organismos como el Ministerio de Transporte o Presidencia. Una Junta de Aviación Civil que funcione como un ente desconcentrado y vinculado al Ministerio de Transporte y no al de Defensa. Otro organismo que se ocupe de proveedores e insumos. Una organización de orden privado para capacitación técnica y formación de personal. Y una comisión de investigación de accidentes bajo la tutela de Presidencia. Que no se puede ser juez y parte está en la tapa del libro.
Y para nosotros, como alguna vez reclamamos que se separase Turismo de Deporte, sería impostergable dividir el actual Ministerio de Transporte y Obras Públicas. La actual secretaría es eminentemente de Obras Públicas y muy poco de transporte. Mucho menos de transporte aéreo, a pesar de que sabemos que esto que decimos no le cae bien a quienes hacen todo el esfuerzo que pueden desde la dirección correspondiente, pero, ni el ministro de transporte ni sus colaboradores, salen jamás en las fotos relacionadas con nuevas frecuencias o rutas aéreas. En esas imágenes o reportajes siempre hay alguien del Mintur.
Pero vayamos a la idea del título de esta pieza editorial. A la actual administración hay que reconocerle una marcada intención de ocuparse de las carencias que en materia aeronáutica tiene el país. Hemos sostenido en varias ocasiones que no recordamos a un presidente más interesado en las cuestiones del turismo y del transporte aéreo que Luis Lacalle Pou.
En su primer año de gobierno se promulgó la ley 19925 del 18 de diciembre de 2020 y el 31 de ese mismo mes fue publicada. De ese modo se creaba el Sistema Nacional de Aeropuertos Internacionales para el Uruguay, aplicando notoriamente ahí sí política de Estado, ya que esa ley fue la última del período anterior enviada al Parlamento por su antecesor, el presidente Tabaré Vázquez.
A partir de allí, Aeropuertos Uruguay consolida una nueva forma de conectar el país a través de la modernización de los aeropuertos de Carmelo, Durazno, Paysandú, Salto, Melo y Rivera, que junto a Carrasco y Punta del Este forman la nueva red aeroportuaria para potenciar el desarrollo del país. Ya fueron inaugurados los aeropuertos de Carmelo (19 de diciembre de 2022); Rivera (11 de diciembre de 2023); Salto (23 de febrero de 2024) y este martes 15 de octubre quedará inaugurado el aeropuerto de Melo, en Cerro Largo.
A fines de 2021 todos recordarán que el presidente viajó a Doha y que estuvo reunido además de con las autoridades nacionales cataríes, con el CEO de Qatar Airways. Esa reunión tuvo lugar a raíz de un proyecto elaborado por el Comandante Antonio Rama, un plan espectacular que había recorrido todos los sectores correspondientes y requería el acuerdo entre gobiernos. Lamentablemente, a pesar de la disposición y manifiesta intención del primer mandatario, el pobre seguimiento de cancillería de entonces y de la representación diplomática en Catar, no ayudó a su concreción.
A comienzos de este 2024, después de un largo camino emprendido por DINACIA, que trascendió varios gobiernos, el Poder Ejecutivo sancionó el Decreto 15/2024 de fecha 17 de enero del 2024, que modifica sustancialmente los requisitos que deben cumplir las empresas de aviación nacionales y extranjeras que pretendan volar en el Uruguay. Se trata de una norma de alto contenido técnico operativo, y que permite mayor libertad y autonomía de decisión a DINACIA. El cambio fundamental que incorpora la nueva disposición es la eliminación del requisito de constitución de garantías, para el pago de eventuales multas y la eliminación de la restricción al capital extranjero en empresas nacionales, lo que favorecerá la eventual inversión en nuevos emprendimientos que quieran potenciar la instalación de una empresa aérea Uruguaya, que pueda explotar una amplia red de derechos de tráfico que el Estado posee.
El pasado jueves 10 de octubre, en un evento con amplia cobertura nuestra, Aeropuertos Uruguay anunció la inversión en el sistema de aterrizaje instrumental de última generación para el Aeropuerto de Carrasco. Se trata del ILS Categoría IIIb, una tecnología de última generación que elevará la categoría del principal aeropuerto del país y que permitirá a las aeronaves operar con las máximas condiciones de seguridad, incluso en situaciones de meteorología adversa con condiciones de visibilidad mínimas y niebla.
Habrá que esperar algo más de 11 meses a partir de este anuncio para que el Aeropuerto Internacional de Carrasco esté operativo con el nuevo sistema, lo que ocurrirá a partir de octubre o noviembre de 2025.
Es bueno recordar que el Sistema de Aterrizaje por Instrumentos (I.L.S.) se encuentra dentro de la competencia del Estado a través de la DINACIA, por lo tanto lo estaría también la inversión, sin embargo termina siendo Aeropuertos Uruguay quien invierte los 20 millones de dólares y lo hace en base a una renegociación con el gobierno nacional cuyos detalles pensamos que podremos brindar en breve.
Durante todo este tiempo se barajaban cifras que rondaban los 10 millones de dólares americanos y también se estimaba como una gran traba o inconveniente, que sería necesaria la expropiación de terrenos linderos al aeropuerto. Finalmente, el sistema de luces de aproximación seleccionado, si bien aumenta el costo previsto, hace innecesarias las expropiaciones.
La asignatura pendiente
Están dadas como nunca las condicionantes para que aparezcan los inversores y que Uruguay pueda contar finalmente con una ANR, Aerolínea Nacional de Referencia.
La administración que está finalizando hizo posible todo lo que acabamos de reseñar y era de orden destacarlo, por eso lo hicimos.
Eso sí, cuando debamos evaluar la factibilidad de la nueva Aerolínea Nacional de Referencia, tengamos memoria, seamos dignos, no tropecemos nuevamente con las mismas piedras, seamos selectivos, necesitamos una ANR con respaldo de idoneidad y de inversión, no precisamos maquetas ni sombríos personajes que vengan a jugar a los aviones.