por Arnie Weissmann, Travelweekly

Warhol y sus compañeros del arte pop no solo desarrollaron un estilo artístico que era accesible al mundo no artístico, sino que aumentaron el aprecio por el arte que se ocultaba a simple vista. Para Warhol, había inspiración artística en los pasillos de las tiendas de comestibles. En una tapa de botella de Pepsi. En la curva de un plátano.

Quizás haya una lección aquí para la industria de viajes. Durante siglos, los itinerarios de viaje han incluido visitas a estructuras, museos y sitios famosos: las pirámides, el Louvre, la Fontana de Trevi. Las masas ciertamente han entendido esto demasiado bien, y hoy en día una visita a muchos de ellos requiere una entrada programada o un encuentro con esa forma única de miseria conocida como sobreturismo.

Pero paralelamente al descubrimiento de Warhol de que hay arte en los objetos comunes, también hay intrigantes experiencias de viaje escondidas a simple vista. Descubrí que, así como el arte está latente en el diseño comercial, las empresas industriales locales pueden intrigar a los visitantes.

Tomemos, por ejemplo, la granja de leche de burra en la isla Terciera de las Azores.

Recientemente me he convertido en un gran admirador de las Azores, una región autónoma de Portugal situada en el Atlántico, a unos dos tercios del camino a Europa continental. Con la reciente adición de vuelos sin escalas desde Nueva York, me toma menos tiempo llegar allí que a Los Ángeles y menos de la mitad del tiempo que se tarda en volar a Hawái.

He estado tres veces. Durante mi primera visita, acepté lo que pensé que era una extraña invitación de la oficina de turismo para visitar un laboratorio y una fábrica de una compañía de suplementos para la salud. Resultó ser fascinante .

El mes pasado, en mi primera visita a Terciera, visité Asinus Atlanticus , una granja de leche de burra. Similar a la fábrica de suplementos para la salud (o como se le conoce formalmente, el Centro de Interpretación de Microalgas), la granja de leche de burra se encuentra en sus primeras etapas de desarrollo como atracción turística.

Su director ejecutivo, Marcos Couto, está preparando un recorrido de 60 a 90 minutos que incluirá acariciar, cepillar y ordeñar burros, además de comprender los usos de la leche de burra, que encontré inesperadamente fascinante.

Resulta que la leche de burra alivia algunos de los síntomas de un raro síndrome pediátrico llamado Pandas, abreviatura de trastornos neuropsiquiátricos autoinmunes pediátricos asociados con infecciones estreptocócicas. Se desconoce qué componentes de la leche de burra son útiles, pero se ha demostrado que la leche de una raza de burra endémica de las Azores es más eficaz. Contiene más vitamina C y yodo que la leche de burra de otros lugares, y Couto sospecha que eso está relacionado con la ubicación de la granja y los impactos ambientales resultantes en el suelo y el pasto.

La leche de Asinus Atlanticus ("burro atlántico" en latín) se liofiliza en un laboratorio local, se empaqueta y se vende a través de un distribuidor en Oklahoma, donde la mayor parte termina en un programa de investigación en California.

El otro uso de la leche de burra es el cosmético. Se decía que Cleopatra se bañaba en leche de burra como tratamiento de belleza. (También se frotó excrementos de cocodrilo en la piel, quizás un puente demasiado lejos incluso para el spa moderno más experimental).

Couto trabaja con una empresa de cosméticos en Francia para producir una gama de productos de belleza de leche de burra, que incluyen loción corporal, gel de ducha y cremas para la cara y las manos.

Si bien los antecedentes sobre los usos de la leche de burra pueden interesar a los adultos, los burros en sí mismos, gentiles y dóciles, sin duda atraerán a los niños.

Además de tener la oportunidad de ordeñar una burra llamada Edwina (no me fue muy bien), me dieron una muestra de la leche para que la probara.

Es sorprendentemente dulce, aunque un poco delgado. (Couto dijo que es muy similar a la leche humana).

Pregunté si alguna vez se hizo queso de burro. Cada burro solo produce alrededor de medio galón de leche por día, dijo Couto, y su consistencia es delgada porque hay muy poca grasa. Sí, se hace queso de burro, pero no es barato. Hay una granja en Serbia que lo produce y lo vende a 1.000 euros el kilo. Según los informes, la estrella del tenis Novak Djokovic está considerando agregarlo al menú en una cadena de restaurantes de su propiedad .

La mayoría del queso de burra que se vende en realidad se diluye con leche de camello o cabra, agregó, para reducir el costo.

Sin duda, hay muchas otras atracciones en las Azores: observación de ballenas, observación de aves, escalada de volcanes, aguas termales y otras atracciones termales. Y salvo temporada alta de verano, aún no está masificado.

¿Dónde ir para mi próxima visita allí? No estoy seguro, pero escuché que la ginebra con sabor a fruta de la pasión se hace en la isla de Faial. Quizás esa destilería da tours.

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