Se trata de un escenario fortuito para estas dos compañías determinado por las decisiones de Air Canada, United y American Airlines de levantar servicios. Los motivos guardan relación con la falta de aviones y las mayores expectativas de retorno de inversión que prevén para otras rutas, en comparación con los servicios hacia Chile. Si bien ninguna compañía declara que los vuelos a Santiago tengan inconvenientes de rentabilidad, la suspensión si supone un escenario menos favorable en comparación con años anteriores.
A partir de fines de marzo, American Airlines suspenderá temporalmente la ruta Dallas Fort Worth – Santiago. Lo mismo hará United que saldrá del mercado por gran parte de 2024 lo que implica la interrupción de los vuelos Houston (IAH) – Santiago. En el caso de Canadá, Air Canada pausará temporalmente la ruta Toronto – Santiago que en los 20 años de la compañía en Chile no experimenta interrupción alguna (salvo el periodo de cierre de fronteras).
Para las rutas entre Chile y Norteamérica el comienzo de año no aparece con buenas noticias. Después de un auge en variedad de tramos y centros de conexiones, la oferta entre ambas regiones retrocede. La zona más afectada será el centro oeste estadounidense y Canadá. La primera al perderse temporalmente la accesibilidad sin escalas a los hubs de Dallas Fort Worth y Houston (IAH), mientras que la segunda por la ausencia de vuelos sin escalas. En ambos, la oferta pasa a gestionarse a través de conexiones.
Pocos cambios en participación
Las salidas temporales de Air Canada y United, más la reducción de la oferta de American Airlines si bien son significativas en lo que respecta a cantidad de operadores, no se traducirán en cambios en la participación. Prácticamente, se debieran mantener los porcentajes actuales.
Lo anterior se explica porque cada uno de los operadores intentará mantener su comercialización con Chile a través de sus compañías asociadas o las operaciones que deja. Air Canada, por ejemplo, trabajará durante 2024 con Avianca para conexiones a Canadá vía Bogotá, mientras que United Airlines espera hacerlo mismo con Copa Airlines. En el caso de American Airlines, se espera una mayor comercialización a través de sus vuelos vía Miami.
Las rutas que se suspenden tienen una participación de mercado entre 0,9% y 1,3% del total de los tramos internacionales desde Chile. Dichos porcentajes debieran distribuirse entre el resto de las rutas y operadores que atienden Chile y Norteamérica con vuelos sin escalas. Las compañías asociadas también debieran beneficiarse marginalmente.
Pocos cambios en aeronaves
Se espera que la demanda se distribuirá entre el resto de los operadores. Sin embargo, la reducción de capacidad entre Chile y Norteamérica no debiera alterar el material de vuelo.
Actualmente, todos los operadores que atienden ese mercado tanto sin escalas como de manera indirecta (conexiones) lo hacen con sus aviones de mayor capacidad.
LATAM, por ejemplo, opera gran parte de sus vuelos a los Estados Unidos con sus Boeing 787-9 que es la mayor aeronave que dispone. Lo mismo ocurre con Delta que opera la ruta a Santiago con Airbus A350-900. American Airlines es la única línea aérea que podría incrementar capacidad, elevando la cantidad de asientos con aviones B777-200ER/-300ER o B787-9. A la fecha, no informa de modificaciones.
Algo similar ocurre con las compañías aéreas que vuelan entre Chile y Norteamérica a través de sus respectivos hubs o bases. La gran mayoría ya utilizan sus equipos de mayor capacidad lo que reduce la posibilidad de realizar cambios.
Por el carácter temporal de la medida y los bajos porcentajes de mercado de las rutas afectadas, más la alta demanda de aeronaves en rutas con mayor expectativa de retorno, como las trasatlánticas, se infiere que la capacidad no tendrá variaciones importantes.
El escenario anticipa poco auspicioso para el país y para los viajeros. La reducción de la oferta y la mantención de capacidad anticipan un alza en los precios en las rutas entre Chile y Norteamérica.
Portal de América - Fuente: Aero-Naves.com