En concreto, el informe apunta a problemas de incumplimiento en el control del proceso de fabricación, la manipulación y el almacenamiento de piezas y el control de productos del fabricante estadounidense.
La auditoría es una de las medidas de supervisión inmediatas que tomó la FAA después de que el 5 de enero estallara un tapón de la puerta central de la cabina del vuelo 1282 de Alaska Airlines mientras volaba, obligando a un aterrizaje forzoso.
Además, la FAA revisará "minuciosamente" todas las medidas correctoras de la compañía para determinar si responden plenamente a las conclusiones de la auditoría.
La semana pasada, la entidad de aviación estadounidense pidió a Boeing desarrollar un plan de acción "exhaustivo" en un plazo de 90 días para resolver "sus problemas sistémicos de control de calidad" y cumplir sus normas de seguridad no negociables.
Así lo manifestó el administrador de la FAA, Mike Whitaker, destacando que "Boeing debe comprometerse a introducir mejoras reales y profundas".
Actualmente, la FAA ha detenido la expansión de la producción del Boeing 737 MAX, está estudiando la posibilidad de recurrir a un tercero para supervisar a Boeing y continuará su creciente presencia 'in situ' en las instalaciones de Boeing en Renton (Washington), y en las instalaciones de Spirit AeroSystems en Wichita (Kansas).
Portal de América - Fuente: Europa Press