El avión fue desviado a Buenos Aires para reabastecer combustible y para esperar que mejoren las condiciones meteorológicas en Montevideo, algo que no ocurrió. Pese a los reiterados pedidos de los pasajeros para desembarcar en esa ciudad y buscar alternativas por cuenta propia, la aerolínea  ordenó el regreso a Asunción.

Los pasajeros uruguayos afirman que la empresa los abandonó a su suerte tras el regreso a Luque, sin brindarles hospedaje u asistencia alimentaria. Algunos dijeron que se vieron obligados a gestionar otros medios para regresar a su país.

Sin embargo Jaime Cassola, gerente general de la aerolínea Paranair, explicó que la empresa tiene un protocolo en caso de inconvenientes como el ocurrido, que incluye “dar protección a los pasajeros”, incluyendo hospedaje para quienes lo necesiten y “vouchers” de comida, y que en caso de problemas meteorológicos se los reubica en otros vuelos. Y que ese protocolo se aplicó.

Los pasajeros afectados afirmaron ayer que la aerolínea les informó que el próximo vuelo disponible sería recién el 22 de julio, en tanto Cassola dijo hoy que los pasajeros ya han sido reubicados y “saldrán hoy a lo largo del día”.

“Nos mintieron. Nos dijeron que nos darían hotel y volaríamos al día siguiente, pero hoy nos dicen que el próximo vuelo es dentro de diez días”, expresó Paula Mendive, una de las afectadas, quien venía desde Bolivia y debía continuar a Montevideo para reencontrarse con su hijo pequeño.

El sacerdote Fabián Silveira, también entre los varados, lamentó la falta de humanidad: “Ni un vaso de agua nos ofrecieron. Sabían que el aeropuerto estaba cerrado y aun así nos hicieron embarcar”.

Algunos pasajeros decidieron costear pasajes por su cuenta hacia Buenos Aires para cruzar luego en ferry a Montevideo, mientras que otros, sin recursos suficientes, continúan en el aeropuerto sin asistencia. 

Hasta el momento, la empresa Paranair no emitió un comunicado oficial sobre lo ocurrido.

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