por Sergio Antonio Herrera, desde Punta del Este
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¿Cuál otra razón que el aprovechamiento polìtico es que los diferentes funcionarios hacen miles de kilómetros al mes para asistir a actos que nada tienen que ver con el turismo como la inauguración de un Polideportivo en la frontera, participar de la inauguración de la cosecha de arroz o diferentes inauguraciones?

¿Por qué funcionarios del MINTUR de diferentes signos políticos pretenden atribuirse protagonismo en el resultado (cuando es positivo) de temporadas turísticas como la Semana Santa, la de verano en el Este, la termal y todas las otras cuando todos sabemos que las mismas dependen de las coyunturas y que el éxito o el fracaso lo hacen en un mínimo porcentaje de sus aciertos o sus errores?.

Las agendas de las principales jerarquías del Turismo uruguayo están atiborradas de reuniones que tienen directa relación con el andar de la polìtica.

Respuestas o excusas por ejemplo  como: "Hasta que termine la campaña por las elecciones departamentales no te puedo atender", o: "Dejame ver si te puedo hacer un hueco en la agenda porque estoy abocado a la campaña por la LUC", son dadas desde siempre por los funcionarios y recibidas por los diferentes actores del sector.

¿Qué otro afán que el de arrimar agua para su molino partidario tienen los anuncios maniqueos de datos estadísticos que carecen absolutamente de rigor científico?.

Más tarde o más temprano la actividad turística en el país debería plantearse la necesidad de ir hacia la creación de una moderna empresa que tenga entre sus funciones principales el contralor de las reglas claras de la actividad y todo lo relacionado y necesario para la generación del mejor marketing posible para la venta del producto Uruguay Destino Turístico.

¿Esto quiere decir que estamos criticando impiadosamente a las actuales jerarquías ministeriales?

No, de ninguna manera. Y si alguien quiere verlo de ese modo, allá él y su miopía.

Quizás estemos diciendo lo que de alguna manera deben haber comprobado con creces esas mismas jerarquías pero como sería "políticamente incorrecto" admitirlo, siquiera piensen manifestarlo públicamente.

En algunos aspectos es inhumano el trajín de un jerarca. No les da el físico y mucho menos la mente a ninguno de ellos, salvo que se lo tome en estilo "soft" y se atenga al veredicto de una magra obtención de resultados.

Por ello sentimos la imperiosa necesidad de advertirlo como lo hacemos en este artículo porque es el turismo el que sale perdidoso de esta situación.

No hay período que alcance para dejar gestiones positivas en el marco imperante. Es directamente imposible.

Ni que decir que la actividad empresarial del sector más temprano que tarde debería hacer autocrítica y evolucionar, haciendo lo elemental que deben hacer los empresarios, invertir para actualizarse, para dejar atrás las viejas recetas del voluntarismo y apostar a cuadros profesionales. Pero eso es materia para otro análisis.

Todo lo demás, en aras de un futuro venturoso, debería ser pasado cuanto antes.

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