Luego de la maravillosa experiencia del retorno a Milán, con más tiempo y mejor información que en ocasiones anteriores, emprendimos en la mañana del jueves 25 desde la terminal de Lampugnana un singular viaje en bus. La singularidad pasa porque en más de 9 horas de viaje no bajamos de la unidad "ni para ir al baño" (hay a bordo y bien presentado) y mucho menos para comer o beber algo. El transporte terrestre en Europa, ya sea ferroviario o carretero no se detiene mucho a pensar en los turistas como en nuestro caso, que se mueven por su cuenta. Hay que estar con "las antenas paradas" a tiempo completo, un error y adiós todo lo previsto. De pura casualidad no perdimos el bus ya que buscábamos todo el tiempo alguno con el logo enorme sobre verde que tiene la compañía que habíamos comprado los pasajes pero...era uno alternativo, de otra empresa, con un cartelito pegado abajo a la derecha del parabrisas que decía el destino: Budapest. Afortunadamente, desde la cara de asco que nos atendió del otro del vidrio en la oficina de tickets, atinamos a deducir que nos decía que el destino final del bus era precisamente la capital húngara y que pasaba por nuestro destino: Liubliana. En el plano a la hora de la reserva elegimos los asientos delanteros de un doble piso...Nos tocaron los dos de adelante de un bus convencional.

Salimos bien temprano desde la Plaza de la República milanesa hacia el norte buscando la frontera con Suiza. Removedor pasaje por el Lago de Como, lugar donde estuvimos algunos días en 2017 y entre curvas inquietantes y paisajes deslumbrantes, el bus nos llevó hasta uno de los destinos más glamorosos del continente europeo, la exclusiva Saint Moritz. Evidentemente, para quienes acostumbran vacacionar en la nieve y tienen el nivel socioeconómico idóneo para ser visitantes frecuentes, es de poca importancia saber que nosotros opinamos que el tour de hoy vale la pena sobretodo por lo anterior y posterior a este enclave pero, lo vemos así. Los colores, los contrastes, la infraestructura hablan por sí solos pero nos seguimos quedando desde nuestro lugar de advenedizos, con la emoción de la ida en bus y la espectacularidad del retorno hasta Italia, más precisamente a Tirano, en el tren Bernina. Es un capítulo aparte tanto el transporte en sí mismo como el paisaje alpino alucinante que se disfruta (siendo totalmente antiguos) en cinemascope. Un día maravilloso, muy buen servicio el de Civitatis.

La maravilla de simplicidad, confort y disfrute que representa viajar en los trenes europeos fue comprobada una vez más por nosotros en la ruta desde Roma a Milán. Casi 600 kilómetros fueron hechos en tres horas.

Vinimos a caminarla y que lo hicimos, lo denuncia el dolor en las piernas pero no nos quejamos, muy por el contrario nos vamos satisfechos de esta nueva experiencia en Roma, la capital de Italia. Villa Borghese tal y como la encaramos, es inabarcable, hicimos lo que pudimos. Nos encantó la Plaza del Pópolo; el museo de Da Vinci nos hizo admirarlo más y nuestra postergada “caminata” por la Vía Veneto nos confirmó lo que nos habían anticipado: “ya fue”. El Trastevere fue el lugar elegido para la cena de despedida y una vez más fue un acierto. Arrivederci Roma! Allá vamos Milán!

Aún con secuelas del jet lag pero con unas buenas horas de sueño reparador, esta segunda jornada romana nos encuentra por primera vez en domingo. Porta Portese o mercado de pulgas o feria popular fue la primera propuesta. Un poco más de lo mismo de Villa Biarritz o El Rastro o de alguna de las conocidas ferias aunque con algunas buenas ofertas. El Gueto Hebraico o Antiguo Barrio Judío fue lo que siguió, para continuar luego por Plaza Venecia y su Altar de la Patria, Plaza del Campidoglio; Foro Imperial; Foro Romano y el Coliseo.  El final de la recorrida lo dejamos para llegar esta vez a la Basílica de San Pedro y especialmente, a ver La Piedad, la maravilla de Miguel Ángel. Compartimos el registro audiovisual.

Sábado, 20 Julio 2024 17:58

Roma, primera etapa

Llegamos a la capital italiana luego de la conexión en Barajas y nos trasladamos a nuestro alojamiento en las cercanías del Vaticano. Caminamos bordeando el Tiber, por la glamorosa vía Condiotti, llegamos a la elegante Plaza España; a la legendaria Plaza Navona y tiramos con la mano derecha por encima de nuestro hombro izquierdo, la moneda en la Fontana di Trevi para colaborar con la meta anual de tres millones de euros que se donan a obras benéficas. Compartimos esta primera jornada en formato audiovisual.

En las próximas horas comenzaremos a compartir con nuestros seguidores una nueva experiencia a través de las ya clásicas "Crónicas de viaje". Esta vez la ruta incluye Italia; Suiza; Eslovenia; Croacia; Serbia; Bosnia & Herzegovina; Montenegro y España. Les invitamos desde ya a seguirnos en este nuevo periplo a través de las redes del Grupo PDA.

Lunes, 24 Junio 2024 17:18

Finde en BUE

Toda vez que se pueda, nos gusta cruzar el charco y arribar a la capital argentina, Buenos Aires, que es uno de esos sitios que nos gusta reconocer como uno de nuestros lugares en el mundo, al igual que Madrid, Miami y Río de Janeiro.

Vinimos a producir contenidos para la próxima edición de PDA Magazine que sale en marzo y si bien ese objetivo nos ha impuesto más horas de escritorios que de calle, en los ratos que utilizamos para reponer energías, pudimos apreciar algo de la actualidad porteña. Las obras teatrales que funcionan a pesar del verano y al parecer con buenos resultados de taquilla, van de jueves a domingos. Hay estacionamiento en todos lados y lugar para comer donde uno quiera.

10 días en Austria, República Checa y Hungría ha sido de las mejores elecciones de destino en nuestra vida. Viena nos deslumbró; Praga nos gustó mucho pero (al menos para nosotros) tiene buena prensa con algo de exageración y Budapest, sencillamente queremos volver, nos faltó tiempo.


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