Domingo, 15 Diciembre 2019 16:24

Ajo y agua

Hace muy pocos días, cuando Alberto Fernández, el delfín de CFK se constituía en presidente de los argentinos, muchos uruguayos descorchaban lo que tenían a mano y a través de las redes sociales daban rienda suelta a su regocijo. La realidad, que no es otra cosa que la verdad absoluta, no demoró mucho en mostrar sus garras y en forma de impuesto al turismo y/o impuesto al gasto en el exterior, asomó con un porcentaje difícil de digerir del 20% pero...en las últimas horas, se dice que será del 30%. De esta manera, a nuestras costas vendrá apenas "la muchachada de siempre", o sea, los propietarios de José Ignacio y anexos y algún que otro brasileño y...punto. Facturarán muy bien las grandes superficies, mientras que los hoteleros y los gastronómicos, seguirán llorando por los rincones. Traduciendo: todas las divisas que genera el turismo de medio pelo, perdón!, el de clase media, o sea, el que va a hotel, compra traslados, come en restaurantes y demás, seguramente -si puede y si le da-, irá a Mar del Plata, Villa Gessel, Cariló y otras yerbas. En buen romance, una vez más un gobierno peronista nos hará corte de manga, se nos reirá en nuestras narices y se felicitará por ser tan notables de cara a la demagogia y a la defensa de lo nacional. Y esa riqueza, que debería generar el turismo receptivo para ser usada en beneficio de los más necesitados, o sea, aquella gente a la que SUPUESTAMENTE... los que festejaron el triunfo K, quiere ayudar, no recibirá nada. ¿Paradoja no?.

Las consultas que recibimos, en determinados momentos provocan que sonriamos, preguntándonos ¿cuál es?, o no somos claros al comunicar o cada quien entiende lo que quiere. Puede haber un poco de ambas, máxime, que nunca nos la creímos. "¿Así que Monzeglio es el nuevo ministro?"; "Ché, ¿Remo Subsecretario?"; "¿Borsari de qué va?". Y lo más divertido, nada novedoso pero siempre importante, observar la forma en que cada uno, va tomando posición respecto a lo que parece inalterable, Cardoso (¡con esssssseeeeee!)sería el nuevo ministro de Turismo de Uruguay.

Cuando en los discursos (sobremanera cuando se aproxima el verano), todos se acuerdan del turismo y de lo único que hablan es ¿cómo vendrá la temporada?, ¿cómo está transcurriendo la temporada? y ¿cómo estuvo la temporada?, se menciona que es una "actividad muy importante para la economía y la generación de empleo". Son versos que "pescan" los políticos que hacen los discursos y van saliendo del paso. La triste realidad, como lo venimos sosteniendo desde hace mucho tiempo, es que el turismo, para la clase dirigente uruguaya, es la industria desconocida y no se tiene en cuenta. Salvo la versión dada por Canal 4 que indicaba la posibilidad de que fuera designado Germán Cardoso como ministro, reproducida en nuestras redes y muy comentada, incluso su desmentido, más los artículos que publicamos a partir de la sugerencia del nacionalista Remo Monzeglio, en el sentido de que el colorado Arnaldo Nardone debiera ser el designado, en la prensa general, cada vez que en estos días se habla de la integración del Gabinete, o no se habla de esta cartera, o junto a su denominación, donde debería ir el nombre del posible candidato sale un signo de interrogación.
Lunes, 25 Noviembre 2019 14:35

Uruguay eligió a su nuevo presidente

Este domingo 24 de noviembre se realizó en Uruguay el balotaje entre las dos fórmulas presidenciales (presidente y vicepresidente) que habían obtenido mayor votación en la primera vuelta realizada el domingo 27 de octubre.

Los temas medioambientales, incluído el cambio climático, tienen gran incidencia tanto socioeconómica como geopolítica. El gran problema actualmente es que la información técnica muchas veces es usada parcialmente, dependiendo de lo que se quiere demostrar. Y así el bien común es pisoteado y la solución real no sólo no se alcanza, sino siquiera se busca.

Uruguay jamás debería perder de vista cual debe ser su papel en el contexto regional inmediato, dentro del área denominada MERCOSUR (nos referimos al área porque de la idea original va quedando poco)y fundamentalmente, atendiendo a su natural condición de "Estado tapón" o de "Estado nexo". Han sido tan cambiantes las realidades inmediatamente anteriores de los dos "hermanos mayores", que la tarea de obtener una acertada ubicación coyuntural, no es en absoluto tarea fácil. Intentaremos en este artículo, analizar ambas circunstancias.

En la primera parte de estas reflexiones, definíamos los aspectos macro de la tarea a encarar de cara a un nuevo período de gobierno en lo que hace al Turismo y al transporte. Vamos a seguir hoy con la primera de las dos actividades, enfocando un tema que para nada sería menor, y tiene que ver con las características de quienes deberían estar al frente de la conducción en la nueva administración. Venimos de tres períodos en los que se ha priorizado la propaganda política, a través de un relato que no resiste la más superficial mirada. El empresariado, la parte medular del esquema de esta actividad que es un negocio con fines de lucro y no una rama de beneficencia, está pasando por uno de los períodos más críticos. En la hotelería y la gastronomía se multiplicaron las quiebras y los cierres, con ello el desempleo. La característica saliente es la baja rentabilidad y por ende, el panorama del futuro inmediato, es poco alentador. En esos rubros, como en los de la operación del turismo interno y receptivo, son inmensa mayoría las pequeñas y medianas empresas, por lo que si bien son más endebles, también es cierto que un proceso de recuperación, si se genera "viento a favor", podría ser más acotado y maleable. Por lo tanto, hecho el diagnóstico, conocida la patología, para la recuperación del "enfermo", no sería aconsejable "echar mano a más de lo mismo", sino, recurrir a profesionales probados, entendidos, insospechados.

Finalizando octubre de 2019, de cara al mes de marzo de 2020, cuando se pondrá en funciones el nuevo organigrama de gobierno, debemos situarnos en ese contexto y ver que tenemos por delante más de cuatro meses, o sea, más de ciento veinte días como para ir delineando una estructura básica en cada una de las dos actividades que nos competen, como forma de ir preparándonos y ser más eficientes en la nueva etapa que se avecina. Sabido es que el turismo tiene tres grandes ramas, a saber: emisivo, receptivo e interno, mientras que el transporte es bastante más complejo. Podríamos definirlo -para resumir y facilitar-, en tres grandes áreas: 1 - Cabotaje. Incluye al transporte aéreo, terrestre y fluvial, dentro del territorio nacional. 2 - Regional, con los mismos tres componentes que el Cabotaje- 3 - Internacional - Es el aéreo y el marítimo. En este primer trabajo vamos a comenzar por el turismo, pero es de nuestro interés plantear ya, desde el inicio, que por un lado, el Ministerio de Turismo debe sufrir una actualización integral, en su estructura y funcionamiento. Mientras que para el transporte, a nuestro entender, si no encara -como pensamos que debería hacerse-, una separación de Transporte con Obras Públicas, al menos, habría que ir pensando en un área autónoma dentro de la actual bicéfala secretaría, que se ocupe del transporte de pasajeros interno (cabotaje); regional e internacional. De no lograrse esta separación, la imprescindible actualización que pide a gritos el transporte de pasajeros en las tres grandes áreas, seguirá relegado por la importancia y el peso que -a priori-, demandan las obras públicas. Comenzamos entonces en esta entrega por el turismo.

En Uruguay, para el sector del turismo, y del transporte relacionado con esta actividad, no "da lo mismo" el resultado final de las próximas elecciones, hablamos de las que culminan a fines de noviembre, balotaje incluido. Actualmente, en el turismo a nivel global existe una gran confusión generalizada. Cada uno por su lado, los destinos turísticos se desviven por hacer prevalecer sus propios intereses (lo cual es indiscutible) y entonces vemos a quienes invierten hasta lo que no tienen para la captación de turistas y por otro lado, destinos como Venecia, Amsterdam, Barcelona, y el cercano Machu Picchu, alineados casi en la turismofobia, aplicando medidas para que lleguen menos turistas a su casa. En Uruguay, luego de tres lustros de FA en el gobierno, la confusión es diferente. El FA insiste en "igualar hacia abajo", poniendo énfasis en lo social cuando ese aspecto es cuestión de otras carteras, descuidando al empresariado que es el protagonista principal de esta actividad, ya que de su salud financiera depende que haya o no empleo y derrama de los ingresos en divisas por turismo. En este artículo analizamos a nuestro estilo, directo, sin ambages, con opinión, las propuestas de los dos partidos que dilucidarán la elección: Frente Amplio (FA) y Partido Nacional (PN). Para comenzar, nos valdremos del trabajo efectuado por los colegas de El País en el que, luego de leer las más de mil páginas que conforman los programas de los once candidatos, seleccionaron por rubro las principales propuestas de cada uno. Compartimos entonces lo que proponen en materia turística ambos partidos, comentaremos cada una, para posteriormente pronunciarnos en general y también acerca de la escasa mirada que ambas colectividades reflejan en cuanto al transporte relacionado con el turismo.

Mientras transcurría el martes 8 de octubre pasado y -como siempre- se trataba de inflar los ecos de la "tirada de la casa por la ventana" en FIT, la feria más importante del turismo de la región, por parte del Mintur uruguayo, el diario argentino La Nación tituló que los alquileres de la próxima temporada en el este uruguayo tendrían un descuento del 10,5% correspondiente al IRPF. Los colegas argentinos entendieron eso porque hasta en el stand de Uruguay se colgaron carteles anunciándolo. De inmediato nosotros publicamos IRPF de alquileres de temporada: ¿el ruido uruguayo producido en la FIT confundió a los colegas de La Nación?  y advertíamos del error. En este artículo compartimos el proceso de nuestras publicaciones en Twitter referidas a este tema, desde el mismo 8 de octubre hasta este jueves 17 en el que finalmente, El País dio cuenta que se comunicó oficialmente el decreto que determina lo que el PDA dijo desde un principio. La medida anunciada -y pésimamente comunicada- era que los inmobiliarios dejarían de ser agentes de retención de dicho impuesto y no que se derogaba el mismo.


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